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Encuentro Patria Grande: ¿Por qué en Berlín?

¿POR QUÉ EN BERLÍN?

En torno al anuncio del Primer Encuentro Patria Grande en Berlín

Por Raúl Linares Ocampo

NOTA: Las afirmaciones y opiniones contenidas en el presente artículo corresponden exclusivamente a su autor y no expresan necesariamente un posicionamiento del sitio web Hispanoamérica Unida.

La publicación en hispanoamericaunida del anuncio del Primer Encuentro Patria Grande en Berlín ha dado ocasión a los más diversos comentarios sobre el hecho que se realice en Berlín.

Permítaseme hablar frecuentemente en primera persona, el Pluralis Modestiae o Pluralis Auctoris no serían aquí adecuados, como el lector podrá comprobar. Una cosa es contemplar desde la tribuna; y una muy diferente, bajar a la arena, salir a la calle y predicar su fe. Hasta dónde puede llevar esto, lo demuestran la vida y el fin de Manuel Ugarte.

Llevo luchando por la Reunificación un tiempo que mejor contaría por décadas que por años; he oído de todo, desde los juicios más sensatos hasta los más absurdos, injustos y ofensivos. Estoy curtido. Esto explica que no me ocupe de las opiniones expresadas sobre el hecho que el Encuentro se realice en Berlín, y que considere solamente la actitud razonable, que antes de opinar, pregunta: ¿por qué en Berlín?

Para exponer – no digo ni siquiera explicar – por qué se realiza en Berlín, precisa tomar en cuenta una serie de hechos necesarios para dar coherencia a la exposición y que sin duda interesarán al lector.

Hace algunos meses recibí un artículo publicado por un conocido periodista en uno de nuestros países. Informaba sobre un encuentro de más de cuarenta intelectuales latinoamericanos, quienes, entre sus numerosas Resoluciones acordaron apoyar CELAC, UNASUR, ALBA, Mercosur. Era evidentemente una Resolución en favor de la Integración Latinoamericana.

Cuando leo noticias de esta índole, que en el presente son cada vez más frecuentes, pienso: “¿cuánto habrá costado este encuentro? Si nosotros en Arequipa (Perú) tuviéramos ese dinero, el Colegio de la Reunificación ya estaría funcionando, y de una vez con todos los grados. Y no tendríamos que ir al río a traer piedras para levantar el cerco, ni recolectar madera usada para construir las aulas”.

Narro todo esto para que el lector pueda sacar las insoslayables conclusiones:

Detrás de nuestra iniciativa no se encuentra entidad alguna. En especial no hay aquí un “imperialismo germano” que esté “empujando el carro”. Esto se aclara de entrada en el Anuncio que constata que el Instituto Bolívar no es una entidad ni oficial ni oficiosa, de modo que cada participante tiene que correr con sus gastos. Esto no es en todo sentido una desventaja. Tiene la relativa ventaja de que quien hace un esfuerzo por participar está realmente interesado. Y aquí precisa aclarar en qué puede estar interesado el concurrente. Es decir, precisa aclarar ¿qué es el Instituto Bolívar y cuál es el contenido de su prédica? Sigue leyendo