Archivo por meses: diciembre 2012

Reflexiones rioplatenses

Hispanoamérica«no hay que descartar que alrededor de la cuarta potencia haya  una constelación de países subdesarrollados. Será así en tanto los países de la América hispánica hagan preponderar sus diferencias respecto a lo que los une. Si cada uno pretende ir “por su lado”, seremos “pequeños orilleros” de la cuarta potencia. Debemos tenerlo presente, muy especialmente los argentinos, miembros de la nación hispanoamericana mayor en América del Sur, porque sola (aunque disguste a los defensores de la “patria chica”) no será nada frente a Brasil. La diferencia nacional principal no es entre Argentina y Brasil sino entre los países débiles (incluido Argentina) y Brasil»

 
 
Artículo de opinión de Julio A. Louis, Profesor de Historia e investigador, publicado el 24 de septiembre de 2012 en el blog «El espejo de Argentina y el mundo».

Del rico intercambio de opiniones entre figuras políticas e intelectuales de Argentina y Uruguay, en la Fundación Vivian Trías, en homenaje a este pensador extraemos reflexiones que ameritan ser compartidas.

Trías sostenía que algunos países hacen la Historia y otros la padecen. Esa realidad se mantiene aunque ha cambiado el mundo y en algunos aspectos, retrocedido. Por ejemplo en el G-20 nadie plantea  hoy la necesidad de un Nuevo Orden Económico Mundial como décadas atrás. Sigue leyendo

La necesidad de un nuevo revisionismo histórico

Caricatura del imperialismo inglés, como un pulpo que controla el mundo, de finales del siglo XIX

Caricatura del imperialismo inglés, como un pulpo que controla el mundo, de finales del siglo XIX

«la “guerra de la independencia de España” fue un fracaso no sólo, como sostenían los hombres de la Generación del ´900, porque no se logró conformar políticamente la gran nación hispanoamericana, sino, también, porque las distintas repúblicas que surgieron, producto de la fragmentación de los distintos Virreinatos, pasaron de la dependencia formal de España a la dependencia informal de Gran Bretaña (…) el instrumento principal, a través del cual Inglaterra había logrado la subordinación ideológico-cultural de la América española y de la Argentina en particular, había consistido en la “falsificación de la historia”

Autor: MARCELO GULLO*

Ponencia presentada en el primer congreso de revisionismo histórico Manuel Dorrego, celebrado en Navarro (provincia de Buenos Aires), el 14 de mayo de 2011.

La vulnerabilidad ideológica

La hipótesis sobre la que reposan las Relaciones Internacionales, como sostiene Raymond Aron,  está dada por el hecho de que las unidades políticas se esfuerzan en imponer, unas a otras, su voluntad.

[1] La Política Internacional comporta, siempre, una pugna de voluntades: voluntad para imponer o voluntad para no dejarse imponer la voluntad del otro.

Para imponer su voluntad, los Estados más poderosos tienden, en primera instancia, a tratar de imponer su dominación cultural. El ejercicio de la dominación, de no encontrar una adecuada resistencia por parte del Estado receptor, provoca la subordinación ideológico-cultural que da, como resultado, que el Estado subordinado sufra de una especie de síndrome de inmunodeficiencia ideológica, debido al cual, el Estado receptor pierde hasta la voluntad de defensa. Podemos afirmar, siguiendo el pensamiento de Hans Morgenthau, que el objetivo ideal o teleológico de la dominación cultural, en términos de Morgenthau, “imperialismo cultural”[2], consiste en la conquista de las mentalidades de todos los ciudadanos que hacen la política del Estado en particular y la cultura de los ciudadanos en general, al cual se quiere subordinar. Sin embargo, para algunos pensadores, como Juan José Hernández Arregui la política de subordinación cultural tiene como finalidad última no sólo la “conquista de las mentalidades” sino la destrucción misma del “ser nacional” del Estado sujeto a la política de subordinación. Y aunque generalmente, reconoce Hernández Arregui, el Estado emisor de la dominación cultural (el “Estado metrópoli”, en términos de Hernández Arregui), no logra el aniquilamiento del ser nacional del Estado receptor, el emisor sí logra crear en el receptor, “…un conjunto orgánico de formas de pensar y de sentir, un mundo-visión extremado y finamente fabricado, que se transforma en actitud «normal» de conceptualización de la realidad [que] se expresa como una consideración pesimista de la realidad, como un sentimiento generalizado de menorvalía, de falta de seguridad ante lo propio, y en la convicción de que la subordinación del país y su desjerarquización cultural, es una predestinación histórica, con su equivalente, la ambigua sensación de la ineptitud congénita del pueblo en que se ha nacido y del que sólo la ayuda extranjera puede redimirlo.” [3] Sigue leyendo

La reunificación de nuestra América

«Muchos piensan que es una Utopía. Cierto. Una Utopía es una realidad de mañana. Otros piensan que es imposible, dada la infinidad de nuestros problemas. Pero el futuro no es una proyección en línea recta del presente. Si así fuera, no habría evolución. Todo depende de que seamos capaces de transformar las imposibilidades de hoy en las posibilidades de mañana. Sí podemos»

Muralla de Cartagena de Indias

Muralla de Cartagena de Indias

Artículo publicado por el Instituto Bolívar bajo el título «¿Qué significa reunificación?» (19 de agosto de 2004)

La Idea de la Reunificación

Una Idea, no es una ocurrencia, es un pensamiento que se ha llevado a la madurez en forma tal que contenga, por lo menos en germen, la realización.

La Idea de la Reunificación es un pensamiento que surge cuando el movimiento de la Independencia va fraccionando el Estado Indiano continental, y es un pensamiento que la historia ha llevado a la madurez hasta darle la virtud de inexorable.

Muchos piensan que es una Utopía. Cierto. Una Utopía es una realidad de mañana.

Otros piensan que es imposible, dada la infinidad de nuestros problemas. Pero el futuro no es una proyección en línea recta del presente. Si así fuera, no habría evolución. Todo depende de que seamos capaces de transformar las imposibilidades de hoy en las posibilidades de mañana. Sí podemos. Sigue leyendo

«El grito», de Gabriela Mistral

Mural en homenaje a Gabriela Mistral, en Cerro Santa Lucía, Santiago de Chile. Obra de Fernando Daza (1971)

Mural en homenaje a Gabriela Mistral, en Cerro Santa Lucía, Santiago de Chile. Obra de Fernando Daza (1971)

EL GRITO

¡América, América!¡Todo por ella; porque nos vendrá de ella desdicha o bien!

Somos aún México, Venezuela, Chile, el azteca-español, el quechua-español, el araucano-español; pero seremos mañana, cuando la desgracia nos haga crujir entre su dura quijada, un solo dolor y no más que un anhelo. Sigue leyendo

La unidad de la América de habla española

Hispanoamérica (en verde) posee una unidad cultural, histórica y lingüística claramente distinta de Brasil (en naranja).

Hispanoamérica (en verde) posee una unidad cultural, histórica y lingüística claramente distinta de Brasil (en naranja).

«los diez mil kilómetros que separan el norte de México del sur de Chile y Argentina son una distancia geográfica, pero no espiritual (…) la América Española existe y se puede discurrir sobre ella sin necesidad de dividirla en veinte (…) hay puntos de contacto, semejanzas, parentescos entre Brasil y la América Española, pero la suma de las diferencias es más importante que la de las semejanzas (…) La América Española en cambio, a pesar de su inmensidad geográfica y su aparente heterogeneidad, es un conjunto identificable, con suficientes rasgos comunes como para que sea útil generalizar sobre él, una subdivisión “clara y distinta” del mundo en que vivimos»

El siguiente texto es un extracto del libro «Del buen salvaje al buen revolucionario» (publicado en 1976), del periodista y escritor venezolano Carlos Rangel.

Española, no latina

Los latinoamericanos no estamos satisfechos con lo que somos, pero a la vez no hemos podido ponernos de acuerdo sobre qué somos, ni sobre lo que queremos ser. ¿En qué consiste, exactamente, ese ser latinoamericano que compartimos desde el Río Bravo hasta la Patagonia? Una respuesta posible consiste en decir, que no hay una América Latina, sino veinte (título del libro bastante conocido de Marcel Niedergang) e inclusive echar en el saco a Brasil (y hasta a Haití). Pero todo hispanoamericano sabe, al encontrarse con un brasilero, que está frente a él, no junto a él, que uno y otro miran el mundo desde perspectivas diferentes y eventualmente conflictivas. Sigue leyendo

El nacionalismo hispanoamericano en Andrés Bello

«El humanista venezolano comprendía muy bien todo lo que hace el conocimiento y la emotividad sobre la realidad nacional para el fortalecimiento de la conciencia de una patria hispanoamericana (…) Bello tenía plena conciencia de la importancia del idioma como elemento aglutinante y conformador de la nación hispanoamericana»

El siguiente texto es un extracto del artículo titulado «El Maestro Don Andrés Bello. Sus ideas sobre el nacionalismo cultural de Hispanoamérica y la educación», obra de Javier Ocampo López, Profesor titular de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia.

Monumento a Andrés Bello, frenta a la Casa Central de la Universidad de Santiago de Chile.

Monumento a Andrés Bello, frenta a la Casa Central de la Universidad de Santiago de Chile.

LA ORIGINALIDAD DE LA CULTURA HISPANOAMERICANA

A través de sus escritos, el Maestro Don Andrés Bello defendió con pasión cultural la idea de la cultura hispanoamericana. HISPANOAMÉRICA es considerada como la unidad de los pueblos descendientes de los españoles que colonizaron esta área del continente americano. Hispania es una denominación latina que dieron los romanos a la península en donde se ubicaban los españoles y portugueses, convertida en provincia del Imperio Romano; inicialmente fue dividida en Hispania Citerior e Hispania Ulterior. Como en dicha península se ubicaron los españoles, aparece una tendencia a denominar Hispanoamérica a los pueblos colonizados por España; asimismo, Iberoamérica a los pueblos colonizados por España y Portugal.

El hispanoamericanismo del siglo XIX que defendió en sus escritos Don Andrés Bello se proyectó en un grupo ideológico-cultural cuya mayor preocupación fue la «hispanidad», entendida como aquella fuerza espiritual que defiende la cultura de un conjunto de pueblos, integrados por España, las naciones americanas de habla hispana y las Filipinas. Sigue leyendo

Por la unidad política de Hispanoamérica

«En el siglo XXI no habrá lugar para países pequeños, sólo para las grandes potencias (…) estos dieciocho países estuvieron trescientos años integrados como provincias del imperio español y «apenas» llevan doscientos años como estados independientes (…) además de estos antecedentes históricos, esas naciones comparten actualmente «una misma cultura, historia, lengua y religión» (…) La salida es obvia: lo que tenemos que buscar es la integración»

Una Hispanoamérica unida sería el país más extenso y poblado de Occidente y tendría un papel protagonista en el mundo.

Una Hispanoamérica unida sería el país más extenso y poblado de Occidente y tendría un papel protagonista en el mundo.

La siguiente noticia fue publicada en el diario español ABC el 18 de julio de 1992, durante la Exposición Universal de Sevilla.

El ex-ministro de Educación colombiano pide la unidad política de Hispanoamérica

Octavio Arizmendi, ex-ministro colombiano de Educación, dijo ayer en la Expo 92 que la conmemoración del V Centenario del Descubrimiento de América debe aprovecharse para promover la unión política de todos los países iberoamericanos hispanoparlantes. Sigue leyendo

La revolución de mayo y la unidad hispanoamericana

«Para él su patria era la unión de todas las porciones de América Española. Unión en un mismo Estado o Confederación de Estados, o una misma fraternidad, que para el caso es lo mismo. Lo importante no es lo formal, sino lo esencial: que haya conciencia de unidad de origen y unidad de destino. Eso era el pensamiento de los hombres de la primera década revolucionaria. La artiguista provincia de Santa Fe en su mencionado Estatuto considera “ciudadano de Santa Fe” a todos los nacidos en América española»

Monumento a José Gervasio Artigas en Montevideo. Artigas fue uno de los primeros defensores del unionismo hispanoamericano.

Monumento a José Gervasio Artigas en Montevideo. Artigas fue uno de los primeros defensores del unionismo hispanoamericano.

El siguiente texto es un fragmento de la conferencia pronunciada en 1960 en la Facultad de Arquitectura de Montevideo por el abogado e historiador argentino José María «Pepe» Rosa y titulada «La revolución de mayo y la unidad hispanoamericana»

EL REVISIONISMO HISTÓRICO ¿QUÉ ES EL REVISIONISMO?

Mis palabras tal vez chocarán a algunos porque pertenezco a la escuela revisionista de la historia Argentina, que bien puede llamarse de la historia latinoamericana ¿Qué es el revisionismo histórico? Ante todo es emplear el método histórico en la investigación del pasado: reconstruir los hechos lo más aproximadamente posible a su veracidad. Y enseñar públicamente esa verdad: en la escuela, en los colegios, en la universidad. Y si no se puede allá, en conferencias, en plazas públicas: porque nuestra auténtica historia ha sido escamoteada deliberadamente por la oligarquía para mantenernos en un estado de mediatización colonial para ser colonias pacíficas y tranquilas. La historia es el alma de los pueblos, y se nos ha querido quitar el alma para que no seamos jamás un pueblo. Pero además de este restablecimiento de la veracidad histórica por la auténtica reconstrucción de los hechos históricos, el revisionismo hace otra cosa. Los interpreta No los interpreta como la historia liberal desde las conveniencias del liberalismo, ni desde las vaguedades de la humanidad, la libertad, la civilización, etc. Nosotros los interpretamos desde aquí, desde el suelo que pisamos, y si me apuran mucho diré que desde la hora que vivimos. Porque la historia no es algo muerto: es algo vivo, algo que enseña el camino a un pueblo. Aquello que carece de actualidad no nos interesa: interesa a los eruditos, La historia no es erudición: es quehacer político. Interpretamos a la historia. Es decir valoremos los hombres y las cosas del pasado desde las conveniencias de Hispanoamérica como unidad nacional. No nos interesa que sus gobernantes hubieran sido constitucionales o inconstitucionales, “tiranos” o libertadores (para usar la terminología liberal que llama «tiranos” a los gobernantes populares). Nos interesa si fueron patriotas y sobre todo si obraron con patriotismo. Todo lo demás lo consideramos no sustancial, adjetivo. ¿Qué se propone el revisionismo? Esencialmente quebrar al coloniaje. Al coloniaje político, económico y sobre todo cultural lo quebraré mostrando donde está la “patria”, borrando a los falsos próceres que hoy se muestran como ejemplo y que hicieron de la Argentina (no quiero hablar sino de las cosas de mi tierra) esa colonia sin alma que hoy es. Que hicieron de toda Latinoamérica (aquí si puedo hablar) ese mercado de materias primas y víveres de los grandes imperialismos cuyos ideales se nos dice son la «libertad” (la libertad para que nos exploten: la libertad para pocos: la libertad del zorro libre en el gallinero libre que dijo alguno) y la “democracia” sin demos, la democracia controlada, conducida, engañada por los dueños de ultramar. Sigue leyendo

España e Hispanoamérica: Comunidad histórico-jurídica 1812-2012

La Constitución de Cádiz de 1812 tenía el objetivo de enterrar el Antiguo Régimen. Era la primera Carta Magna que se sustentaba en los pilares de la democracia moderna y un texto tan avanzado para su época que sirvió de modelo a otras constituciones americanas.

La Constitución de Cádiz de 1812 tenía el objetivo de enterrar el Antiguo Régimen. Era la primera Carta Magna que se sustentaba en los pilares de la democracia moderna y un texto tan avanzado para su época que sirvió de modelo a otras constituciones americanas.

Artículo de Mónica Nicoliello, Profesora de Historia en la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad de la República, Montevideo. Publicado el 14 de agosto de 2012 en el diario digital boliviano La Razón.

Las Constituciones nacionales de España y América tienen una matriz común: la Constitución de 1812 y tienden a integrar normas de Derecho internacional.

“No fueron unos ‘aventureros’ los 60 diputados americanos que viajaron –sorteando mil y un peligros– desde América a una ciudad sitiada como Cádiz, como también se ha escrito. Les impulsó, les motivó algo especial, único, quizá la certidumbre de que estaban protagonizando un momento histórico (…) Porque marchar a una ciudad asediada, a una península ocupada, a una Europa en guerra, requirió de una ilusión heroica difícil de historiar pero de obligada referencia y de mayor complejidad que ciertos simplismos históricos referidos hasta aquí”, Manuel Chust, “La Constitución de 1812 y América”, El País, 21/04/2012.

La matriz constitucional de España y América

Que el contenido de las constituciones de España e Hispanoamérica no sólo responde a criterios comunes, sino que hasta los legisladores son por momentos los mismos, es algo que rompe los ojos. La Constitución de la Nación española de 1812 consagra lo que era y probablemente sigue siendo un hecho, la existencia de una Comunidad histórico-jurídica, es decir, un conjunto de tradiciones históricas, políticas y jurídicas comunes, y, además, con características de Comunidad nacional, lo cual supone una herencia cultural común, empezando por la lengua castellana y que, al mismo tiempo, no excluye singularidades:

“La Nación española es la reunión de todos los españoles de ambos hemisferios (españoles europeos y españoles americanos)” (Título I, Capítulo I, artículo 1). Sigue leyendo

Orígenes del imperialismo brasileño

o brasil imperialista

 

 

 

 

El siguiente texto es un fragmento del artículo publicado por Gino Pepi (Revista de Izquierda Internacional) bajo el título «Brasil: ¿Nacido para ser imperio? Parte II. Orígenes del Brasil» en el periódico de opinión argentino Izquierda punto info.

Brasil, bajo el dominio colonial de Portugal y después de su independencia, tuvo una larga tradición de tratos y conquistas que se iniciaron desde 1494 cuando Portugal firmó acuerdos con España para limitar la expansion española hacia América del Sur y la garantía de la concesión de tierras a Portugal para adquirir gran parte de lo que hoy es el sur de Brasil . Sigue leyendo