Archivo por meses: enero 2014

Sobre el nombre «América Española»

Artículo de Mónica Nicoliello, Profesora de Historia en la Universidad de la República (Montevideo) y Doctora en Psicología de la Universidad Atlántica Internacional a Distancia (EEUU). Tomado del sitio web “Indiberya, causa común”

Descripción de la Indias Occidentales, mapa de Antonio de Herrera y Tordesillas (principios del siglo XVII), muestra las posesiones españolas en el Nuevo Mundo.

Descripción de la Indias Occidentales, mapa de Antonio de Herrera y Tordesillas (principios del siglo XVII) que muestra los territorios españoles en el Nuevo Mundo.

¿Cuál es el verdadero nombre de Hispanoamérica?

Si Latinoamérica es un anglicismo, no hay motivo para que Hispanoamérica no lo sea. Tal vez sería lo mejor usar los nombres de América Hispana o América Española. Y hay hispanos americanos como hay españoles americanos. Esto fue así durante siglos y es difícil establecer cuándo dejó de ser así.

Que me conste, hasta 1922 se decía y escribía »América Española»; lo hacía por ejemplo, el argentino Manuel Ugarte, que fue uno de los principales impulsores del nombre, idea, y proyecto »Patria Grande».

 ¿Qué significa »América Española»?

¿Con qué sentido se usaba este nombre? Es bueno empezar por las tres cosas que no significaba:

  • No significaba »América colonia española»
  • No significaba »América parte de España»
  • No significaba »América propiedad de la Corona española». Sigue leyendo

La patria desgarrada

«el formidable Sacro Imperio Romano Hispánico que, extendiéndose desde California hasta la Antártida, resistiendo durante trescientos años los ataques del enemigo, se hundía para convertirse en veinte republiquetas balcanizadas orbitando en el Imperio Británico»

Artículo de Luis Alfredo Andregnette Capurro publicado el 4 de marzo de 2012 en la web “Crítica revisionista” (tomado de la bitácora “El Blog de Cabildo”).

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Congreso del año XIII, óleo de Pedro Blanes Viale (1878-1926), Pinacoteca del Palacio Legislativo (Montevideo). El Congreso de las Tres Cruces (5-21 abril de 1813) fue de gran importancia para sentar las bases de las ideas federalistas de José G. Artigas , quien afirmó que: «Ni por asomo se trata de una separación nacional».

La República Oriental en las últimas décadas del siglo XX, fue escenario de la aparición de planteos críticos en contra de la “historia oficial” aceptada como dogma de fe en cuanto a que la Independencia de esta Banda  fue “reconocida por la Convención Preliminar de Paz el 27 de agosto de 1828”. Ésta sería según la línea dominante en la historiografía uruguaya: la coronación de un camino de“predestinación” de los Orientales “y no un hecho fortuito de la diplomacia y menos todavía una fórmula artificiosa”.

La cosmovisión balcanizadora afirmada a finales del siglo XIX mostrando un Artigas separatista se sumaba al planteo que veía en Juan Manuel de Rosas un enemigo de los Orientales y al Presidente General Manuel Oribe un sicario del mal apodado “Tirano” de Palermo de San Benito. Esta fue la visión totalizadora que se impartió en los centros de enseñanza. Desde hace unos años respondieron a esa “historia ad usum delphinis” con una visión  revisionista de la Patria Grande el hoy fallecido Carlos Real de Azúa y Guillermo Vázquez Franco, entre otros historiadores con los que formaron un haz junto a las plumas de la Banda Occidental.

Con alborozo, cuando se están cumpliendo 185  años de las Leyes de San Fernando de la Florida, escuchamos al Canciller Oriental Don Luis Almagro señalar que el verdadero sentido las leyes del 25 de agosto de 1825 “era pertenecer a las Provincias Unidas del Río de la Plata”.  Sigue leyendo

Qué pasó con nosotros en los últimos 200 años

Entrevista realizada por Nicolás Fiks en Bipolar TV al periodista Patricio Lons

patricio lons en bipolar«Llevamos 200 años de conflictos internos y de no encontrar un destino común (…) ¿Por qué había que romper el Imperio español? (…) [en] el mercado del «área Asia-Pacífico» quien tenía mayor influencia era el Imperio español (…) la moneda que imperaba era la onza de plata castellana, que era la moneda de las Indias (…) y los ingleses querían quedarse con ese mercado. Los ingleses tuvieron una política de siglos (…) La penetración inglesa es un proyecto concreto de poder global (…) Tan fuerte era nuestra moneda (…) que fue la base del dólar norteamericano (…) La leyenda negra (…) fue para engañarnos, y se engaña el que quiere ser engañado Sigue leyendo

Librecambio e imperialismo económico inglés

«Derrotada Inglaterra en 1806 en su política de expansión política, triunfaba tres años después en su expansión económica (…) los talleres criollos tuvieron que cerrar, pues no podían resistir la competencia británica»

El siguiente texto es un extracto de la obra «Defensa y pérdida de nuestra independencia económica» (Capítulo I), «, del abogado, profesor universitario, historiador y diplomático José María Rosa. Fue publicada por primera vez en 1943.

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Detalle de una litografía de E. Deroy (1861) donde puede verse en construcción la nueva Aduana de Buenos Aires, proyectada por el británico Edward Taylor.  La apertura al comercio inglés señala el fin de la autosuficiencia económica y el hundimiento industrial de Hispanoamérica.

LA LIBERTAD DE COMERCIO Y EL IMPERIALISMO INGLES

Desde Utrecht en adelante, España comenzó poco a poco la entrega económica de América. Los «asientos de negros» primero; la abolición de los galeones después; el libre comercio con puertos españoles de 1778 (que significó en realidad la libre introducción de productos franceses, bastando que éstos fueran consignados por comerciantes españoles para lograr entrada franca en América); el comercio con neutrales de 1797; y finalmente la apertura del puerto de Buenos Aires al comercio inglés en 1809, fueron las etapas de esta caída.

Hay que tener presente, para comprender en toda su trascendencia lo que significó este último acto, las condiciones técnicas y económicas de la industria inglesa en ese año 1809.

Hasta mediados del siglo XVIII, los productos americanos podían competir con los fabricados en Inglaterra, ya que entre ambos no existía mayor diferencia de coste ni de calidad. Pero en la segunda mitad del XVIII se produce en Inglaterra una formidable transformación en su técnica de elaborar Sigue leyendo

Derecho indiano: concepto y extensión

«el ordenamiento jurídico virreinal no supone el aniquilamiento de las formas consuetudinarias prehispánicas (…) por el contrario (…) hay necesidad de que se «guarden y ejecuten» y a cuyo efecto gozan de aprobación y confirmación oficial (…) La aplicación del derecho castellano sobre los indios permitió que se les considerara, a éstos, como personas, categoría jurídica inexistente en el derecho prehispánico (…) al reconocerse de forma oficial el sistema jurídico preexistente (…) les otorgaba un derecho «exclusivo» para indios, un estatuto personal. El carácter proteccionista de la legislación indiana se evidencia en el reconocimiento de un derecho desconocido para los castellanos»

portada recopilacion leyes de indiasEl siguiente texto es un extracto del ensayo originalmente titulado «Las Comunidades de Indios en el Derecho Indiano», de Laurence Chunga Hidalgo, jurista e historiador (Universidad de Piura – UDEP). Tomado del sitio web Revista Jurídica (Facultad de Jurisprudencia y Ciencias Sociales y Políticas (Universidad Católica de Santiago de Guayaquil). 

En los tiempos anteriores a la llegada de los españoles a territorio del imperio incaico, la norma jurídica se identificó con la costumbre. Evidentemente, el imperio incaico no es el creador del orden jurídico prehispánico sino que su mérito consiste en haber logrado una organización más o menos uniforme, en la que se aseguró la aplicación de las normas propias de los ayllus en concordancia con el derecho estatal establecido por la autoridad central.

Con la llegada de la cultura occidental traída por los españoles, y por consiguiente, la escritura, ésta abordó la esfera jurídica del mundo virreinal, desplazando, así, las formas consuetudinarias practicadas por las poblaciones originarias. A pesar de ello, amplios sectores de la vida social se mantuvieron reacios a la escritura y conservaron los usos y costumbres que el tiempo había consagrado. Los indígenas, en la solución de sus pleitos civiles y mercantiles, huyen de los procedimientos occidentales, por lo que muchas actuaciones jurídicas no se registran por escrito, y muchas de las que lo fueron se han perdido. Todo esto hace difícil su conocimiento, justamente por la ausencia de constancia documental. Sin embargo, la inexistencia de la prueba escrita no niega la existencia del derecho, al cual podemos llegar a través de sus efectos, siempre que éstos sean más o menos permanentes en el tiempo.

Esta complejidad jurídica virreinal, lleva a García Gallo a decir que el derecho indiano es el derecho propio de las Indias en sentido territorial, y comprende el derecho castellano transplantado al Nuevo Mundo, el derecho establecido, desde la Corona Castellana, para las Indias y, finalmente, el derecho de los indios o de las poblaciones autóctonas. Afirma el autor, que el derecho autóctono requiere un tratamiento especial, distinto y separado del derecho español, «por cuanto constituye un sistema distinto» Sigue leyendo

Isidro Fabela: hispanoamericanismo y antiimperialismo

«la tesis unionista de Fabela es formar una Confederación Hispanoamericana, en la que se finquen los cimientos que integren las secciones diseminadas de América (…) La propuesta del autor para lograr la libertad (…) es concreta: formar un haz compacto de todas las naciones que por su raza, lengua, costumbres y tradiciones se unan para hacer frente al expansionismo, intervencionismo y acciones imperialistas de los países extranjeros»

El siguiente texto es un fragmento del ensayo originalmente titulado «Isidro Fabela: Humanismo y antiimperialismo», escrito por la Dra. Graciela Vélez Bautista (Universidad Autónoma del Estado de México, Julio de 2006) y publicado en el sitio web Proyecto Ensayo Hispánico.

Isidro Fabela, retratado en una acuarela del arquitecto Vicente Mendiola (Retrato conservado en la Casa del Risco

Isidro Fabela, retratado en una acuarela del arquitecto Vicente Mendiola, que se conserva en la histórica Casa del Risco (San Ángel, México, D.F.)

Panamericanismo e hispanoamericanismo

La obra de Fabela corresponde a un determinado momento histórico, sin embargo sigue viva; puesto que la hegemonía imperial a través de la globalización, fenómeno económico, político y social bueno y malo como seguramente la calificaría Fabela, sigue lesionando los intereses de los “otros” en tanto que promueve el libre intercambio de bienes, pero impide el libre intercambio de personas, refiriéndonos al trato deshumanizado de nuestros vecinos hacia los inmigrantes mexicanos.

En su tiempo Fabela expresa que América Latina ha sido uno de los puntos claves de la expansión política y económica de los Estados Unidos, desde el siglo pasado. Esa expresión se ha llevado a cabo en etapas, por vías diplomáticas, militares, comerciales, financieras y culturales. Es decir, el país del norte es uno de los representantes más característicos del imperialismo que es concebido como “… un sistema político-económico de relaciones de dominación, que implica principalmente el excedente económico producido por los pueblos dependientes” (Ianni, 1981: 95).

Siguiendo esta línea Fabela explica que los Estados Unidos se han constituido en dueños de la América Central, dominan política y financieramente a Nicaragua, se apoderaron del canal de Panamá, para mantener su hegemonía total en Centroamérica y el Caribe. Dominan Honduras, Costa Rica y Guatemala a través de la diplomacia del dólar, conquistaron por las armas a República Dominicana y Haití, la soberanía mexicana fue quebrantada por ellos en varias ocasiones. Fabela señala: “¿En qué consiste el imperialismo? Sencillamente en dominar o conquistar. Dominar a los gobiernos por medio de sus agentes comerciales, de sus agentes de prensa; a los congresos y a los presidentes; y a veces también a los magistrados que imparten justicia, pero principalmente por la infiltración de préstamos más o menos forzados, de lo cual se encarga la Dollar Diplomacy” (Fabela, 1958: 85) que “consiste en prestar por las buenas o por las malas, para cobrar por las malas o por las buenas, pero en todo caso con réditos acumuladas” Sigue leyendo

La vocación americanista de los orientales

“Todos cuantos habitamos el nuevo mundo somos hermanos, todos de una sola familia, todos tenemos unos solos intereses” (José Gervasio Artigas, refiriéndose a la América indiana o española)

El siguiente texto está extraído de «La disgregación del Reyno de Indias» (Capítulo 11), obra póstuma del político, historiador y escritor uruguayo Felipe Ferreiro (1892-1963). El libro fue editado en Montevideo por Barreiro y Ramos en 1981, y consta de una recopilación de artículos llevada a cabo por el hijo del autor, el Profesor Hernán L. Ferreiro.

La Liga

La Liga Federal, también conocida como Liga de los Pueblos Libres. Contra la visión de Buenos Aires. Artigas concebía el federalismo como garantía de la unidad de una Nación hispanoamericana.

La Vocación Americanista de los Orientales[1]

Las circunstancias de la “Guerra de la Revolución” al determinar que se produjeran a distintas horas en las diversas regiones las declaraciones de emancipación inducen hoy frecuentemente al error de creer que en esos actos nos subdividíamos y deslindábamos nuestras fronteras definitivas.

Eso no es verdad aunque lo parezca en vista de la solución final producida. No autorizaría a presumirlo, desde luego, el pasado de tres siglos vividos en común en un fecundo y creciente intercambio social, económico y político, sostenido de fácil manera por la uniformidad del idioma, la religión y las costumbres. Menos aún lo permite el desarrollo de los sucesos ocurridos de 1810 en adelante en cualquiera de sus aspectos, así en el militar como en el civil o el político. La más estrecha colaboración impera entre “los Pueblos” en ese entonces.

Nosotros, por nuestra parte,-grato es constatarlo-concurríamos sin asomo de duda egoísta a ese movimiento. Nuestra pequeñez territorial y nuestra todavía escasa población no constituyeron óbice para que contribuyéramos con cientos de soldados que irían a luchar y morir defendiendo la libertad americana en lejanas tierras: en Vilcapugio, en Viluma, en Maipo, en Río Bamba, en Pichincha.[2]

Artigas, máximo intérprete del sentimiento colectivo oriental, ni concebía la disgregación. Su indianismo era profundo y claro. En 1817 en medio de los azares de la lucha en que se hallaba empeñado, supo encontrar el modo de festejar y hacer que se celebrara en todo el territorio que estaba bajo su mando, la victoria de Chacabuco que era para él un triunfo de “las armas de la Patria”, contra el poder de los tiranos”. Sigue leyendo

Entrevista a Manuel Llanes

«La lengua española y la religión católica pueden actuar como factores de cohesión entre las naciones políticas de Hispanoamérica, así como la relación dialéctica frente a los Estados Unidos y sus intereses geopolíticos en el mundo (…) La cuestión es trascender el nacionalismo en sus versiones más cercanas al “egoísmo colectivo” (…). Reivindicar Hispanoamérica implica triturar mitos oscurantistas que son legión» (Manuel Llanes)

Extracto de la entrevista realizada al escritor Manuel Llanes García y publicada en el sitio web Izquierda Hispánica.

hispanoamerica en occidenteNOTA: Las opiniones y expresiones vertidas en este artículo corresponden exclusivamente a su autor y no deben interpretarse necesariamente siempre como un posicionamiento de nuestro sitio web Hispanoamérica Unida.

¿Qué opina usted de la herencia española en Iberoamérica?

En Hispanoamérica vivimos todavía las consecuencias del desmembramiento del Imperio Español. José Vasconcelos lo dice muy claro en el Ulises criollo: “Un patriotismo ardoroso y ciego proclamaba como victoria inaudita nuestra emancipación de España, pero era evidente que se consumó por desintegración, no por creación”. Este año se celebra la independencia de los antiguos territorios del Imperio Español y en las naciones políticas emergentes todavía, después de 200 años, no se tiene claro el papel que el imperialismo generador tuvo en aquellas tierras. Desde una perspectiva infantil, se asocia sin más el Imperio Español con la leyenda negra y la Inquisición, pero no se tiene en cuenta la acción depredadora del Imperio Británico en la actual Norteamérica, por ejemplo. Los ingleses aniquilaron a los indígenas y los españoles se mezclaron, lo cual dio lugar al mestizaje. Se desconoce que la Nueva España era una parte formal del Imperio Español y no una colonia. Se olvida que en 1812 se consideraba españoles tanto a los peninsulares como a los habitantes de los territorios americanos; en cambio se alimenta el mito del cura Hidalgo, un reivindicador del Antiguo Régimen.

Entonces esa herencia española hay que buscarla en la existencia de las ciudades americanas, como el DF, todas ellas producto de la norma del imperialismo generador. No hay que perder el tiempo mediante reivindicaciones de un pasado indígena que nunca le dio unidad a la antigua Mesoamérica, como si ocurrió en la Nueva España.

Desde luego, no hay que despreciar la construcción de un contexto cultural católico (digo lo anterior como ateo esencial, aunque no anticlerical) que nos previene de un vacío ideológico que haría las delicias de protestantes y musulmanes, quienes al lado de la iglesia católica son simplemente puro delirio irracional.

Sin duda el legado más importante es la existencia de una lengua como el español, que permite que más de 400 millones de personas del orbe puedan comunicarse. Sigue leyendo

Arte hispanoamericano de los siglos XVI al XVIII

arte hispanoamericano s XVI a XVIIIPhilippe Malgouyres, como conservador de patrimonio del Museo de Louvre y especialista en arte de Europa y de Nueva España, plantea que las obras artísticas guatemaltecas, principalmente las esculturas de los siglos XVI, XVII y XVIII, son más bien virreinales que coloniales, pues refiere que el último término es poco apropiado porque no existen documentos que respalden esa adjudicación; además, tiene una duración mayor al período de conquista y colonización. También, explica que dichas obras son variadas, de alta calidad, tienen rasgos de mestizaje y manifiestan estilos propios que mudaron los artistas europeos a este continente (Universidad Francisco Marroquín. Guatemala, Julio de 2013).

Para ver el video, pulse en el siguiente enlace:

http://newmedia.ufm.edu/gsm/index.php?title=Malgouyresartehispanoamericano

Por la unión hispanoamericana

«contemplar nuevamente el caminar de los gigantes o pueblos desarrollados que van engullendo poco apoco nuestra economía, nuestra cultura y nuestro idioma, nos obliga a todos los hispanoamericanos a reflexionar y a despertar de la indolencia para tomar las armas del juicio y flamear la bandera de la unión y de la paz antes de que seamos arrasados por los vientos de la globalización»

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La América de habla española.

Texto publicado por Héctor José Corredor Cuervo, poeta, escritor y ex militar colombiano, en el sitio web Civila (Ciudades Virtuales Latinas), el 10 de octubre de 2006.

Al conmemorar 514 años de la llegada de los españoles a esta tierra americana habitada por aztecas, mayas, caribes, muiscas, incas, taironas, araucanos, guaraníes y al contemplar nuevamente el caminar de los gigantes o pueblos desarrollados que van engullendo poco apoco nuestra economía, nuestra cultura y nuestro idioma, nos obliga a todos los hispanoamericanos a reflexionar y a despertar de la indolencia para tomar las armas del juicio y flamear la bandera de la unión y de la paz antes de que seamos arrasados por los vientos de la globalización que entran por las ventanas de los medios de comunicación a los hogares.

Ya no podemos ser pueblos que duermen en los laureles de la libertad y que esperan el huracán como árboles frondosos pero con las hojas secas como consecuencia de los odios sembrados y alimentados desde la conquista por intereses internacionales. Es hora del reencuentro para afrontar con fuerza y dignidad las tormentas que se aproximan; es tiempo de darnos cuenta que la desunión nos mantendrá cada día más en la esclavitud política, económica y social con las cadenas del hambre, la desnutrición y la ignorancia atadas a los intestinos y a la mente. Sigue leyendo