«mayo no fue antiespañola ni separatista (…) una revolución defensora de la soberanía popular, en contra de intromisiones extranjeras, pensada para expandirse en la Patria Grande Hispanoamericana (…) La impostura mitrista había pretendido mostrar un episodio separatista, anti español y en “representación de hacendados” para justificar el régimen de la segunda mitad del Siglo XIX: agroexportador dependiente, pro británico y colonial, antipopular y eurocéntrico»
Artículo de Juan Martín Gené publicado el 26 de mayo de 2011 en el sitio web «12 Docentes» (Universidad de Buenos Aires – UBA).
El pueblo es el sujeto de la Historia. Desconfío de los relatos que lo excluyen, ya sea porque le niegan su papel o porque lo desresponsabilizan frente a evidencias terroríficas. También es claro que la Historia es una construcción que se hace desde el presente. Por eso, la Historia es un quehacer político que no puede quedar encerrado entre eruditos sino que debe enseñarse públicamente. Puede mostrarnos un camino futuro y una interpretación del pasado que rompa las formas ocultadoras y convencionales.
En el caso de la Argentina, generaciones y generaciones fueron instruidas en el relato historiográfico de origen mitrista. La consecuencia, digamoslo sin ambages, fue recibir acríticamente una interpretación liberal (en la práctica: conservadora y violenta), oligárquica, eurocéntrica en general y pro británica en particular, muy propia de un modelo de desarrollo colonial agro exportador dependiente.
La perspectiva mitrista construyó el relato oficial de la revolución de mayo de 1810 orientado a legitimar sus intereses.