«La decisión política de recuperar las Islas es el hecho más trascendente de la Historia del Siglo XX, no sólo para Argentina sino para toda Hispanoamérica»
El siguiente texto es un fragmento del artículo titulado «Sobre Galtieri, Malvinas y el honor de dar héroes a la Patria», de María Delicia Rearte de Giachino, madre del primer caído en la Guerra de las Malvinas de 1982. Publicado en el periódico digital Los Andes el 16 de enero de 2003.
Las organizaciones de defensa de los derechos humanos quieren meter en la misma bolsa la Guerra de Malvinas y la guerra antisubversiva de la década del ’70.
Para empezar, la segunda fue una dura y sucia lucha entre hermanos. La primera fue la de una Nación, en contra de un enemigo usurpador. Los resentimientos de aquélla produjeron heridas que no logran cerrarse y sólo generan odios en uno y otro bando.
Malvinas trajo su dolor, pero principalmente, trajo el orgullo de dar héroes a la Patria.
Grandes diferencias entre una y otra. Diferencias que la calumnia no puede tapar y por eso cada vez se tornan más rastreros los argumentos que se esgrimen.
La decisión política de recuperar las Islas es el hecho más trascendente de la Historia del Siglo XX, no sólo para Argentina sino para toda Hispanoamérica.
Esa decisión, que con una visión simplista, malintencionada, embaucadora se atribuye a una botella de whisky, estaba sobremanera apoyada por la Justicia, la Razón, el Derecho.
La decisión era para recuperar y negociar. La traición de los países que se decían amigos hizo la guerra inevitable.
Para los que no quieren hacer memoria, les recuerdo que la Bandera Argentina volvió a ser izada en Malvinas después de casi 150 años de oprobio, cuando estábamos a un paso de perder la soberanía, y allí permaneció durante 74 días.
Les recuerdo que el 2 de abril de 1982, el gobernador Hunt se rindió vergonzosamente, sin haber sufrido ni una sola baja en sus filas, habiéndose respetado las vidas, los bienes, los intereses de los kelpers, sólo por el valor de un moribundo que quiebra, con su amenaza, la voluntad del inglés, ya deteriorada por su cobardía.
Les recuerdo que el mundo entero se puso de pie ante la acción Argentina.
Les recuerdo que los tratados internacionales fueron violados escandalosamente por los EEUU e Inglaterra, no respetando, incluso, la Resolución de las Naciones Unidas de cese de hostilidades en forma unilateral.
Les recuerdo que Inglaterra declara que en los 45 días de guerra, proporcionalmente, perdió mas hombres que en la Segunda Guerra Mundial: 255 muertos y 777 heridos.
Les recuerdo que en Inglaterra se suicidaron más veteranos de Falklands, que los veteranos de Malvinas en estos 20 años. Que a los ingleses la guerra les costó miles de millones de libras, pues se debía ganar o ganar. La disputa por la soberanía, continúa.
Y que ante el Tribunal Internacional de La Haya, Inglaterra no puede hacer valer “la autodeterminación de los pueblos” por población trasplantada, la de las islas Malvinas.
De los 616 muertos argentinos, casi la mitad lo fueron a causa del acto genocida del hundimiento del Crucero Gral. Belgrano.
Los que hemos sufrido las pérdidas de nuestros hombres, llevamos dentro un orgullo, un honor, una honra que nada tiene que ver con el dolor humano, pero que por su grandeza nos hacen ser magnánimos y generosos.
Una gran parte del pueblo argentino, que no tiene voz ni espacio en los medios, se agiganta con su gesta.