Primer Encuentro Patria Grande

Berlín (Alemania), 24-26 de julio del 2015

Patria Grande en el mundo

NOTA: Queremos aclarar que esta iniciativa parte del Instituto Bolívar y de su fundador D. Raúl Linares Ocampo, y es independiente y distinta de Hispanoamérica Unida como tal. Le damos difusión en nuestra web porque apoyamos toda iniciativa que fomente la unidad hispanoamericana.

INICIACIÓN DE LA MARCHA DE GENERACIONES

A doscientos años de la Carta de Jamaica (1815) en que Bolívar vislumbra la Reunificación de Hispanoamérica, iniciaremos la Marcha de Generaciones hacia la Reunificación el

26 de julio del 2015 en Berlín

PROGRAMA

 Viernes 24 de julio. Conferencia:

La Nueva Visión. Redescubrimiento, Reunificación y Reorientación de Hispanoamérica.

Bajo esta divisa se expondrán las contribuciones que se hayan anunciado a http://www.hispanoamericaunida.com hasta el 30 de junio del año en curso. La introducción estará a cargo del compatriota Raúl Linares Ocampo.

Sábado 25 de julio

Se continuará con la exposición de las contribuciones. Se expondrá una propuesta relativa a la organización en plano continental a través de los Comités Patria Grande. Un esbozo histórico presentará las ideas pioneras de la Sociedad Unión Americana (Santiago) del siglo XIX y la propuesta de Manuel Ugarte en el siglo XX.

Domingo 26 de julio

Iniciación de la Marcha de Generaciones ante los monumentos a Bolívar y San Martín de la Biblioteca Iberoamericana de Berlín. En adelante el 26 de julio será el Día de la Reunificación o Día de la Patria Grande

Estos datos se irán precisando y actualizando según el avance de los preparativos.

Organizador: Instituto Bolívar del Perú.

Dado que el Instituto Bolívar no es una institución oficial ni oficiosa, no está en capacidad de financiar gastos de viaje, alojamiento, etc., los participantes deberán cubrir sus gastos. Quizás se pueda conseguir alojamiento a precio favorable. A tal fin se recomienda una pronta inscripción.

Para que la naturaleza, el contenido y la intención del Encuentro queden claros, así como para que quienes deseen presentar una contribución sepan exactamente de qué se trata, adjuntamos la siguiente

 

FUNDAMENTACIÓN HISTÓRICA

NOTA: Creemos necesario recordar que cuando Miranda, Bolívar y otros precursores de la unidad de la Patria Grande hablan de «la América», se refieren en todo momento a la América de habla española, es decir, a Hispanoamérica.

En 1815 Bolívar se encuentra en Jamaica. Derrotado, huído, en busca de auxilio. Lejos han quedado los días de apogeo de 1810 cuando bajo la protección de Miranda brilló en los salones londinenses. Junto con Andrés Bello y López Méndez formaba parte de la comisión que la Junta Suprema de Caracas envió allí en busca de apoyo. Miranda, sagaz político, concertó un encuentro de la comisión con el hijo del premier inglés Wellesley, teniendo por dado que cuanto allí se hablase llegaría a oídos del premier. Respecto a la forma de gobierno que se darían los nuevos Estados, cuestión que siempre interesó al gobierno británico, los comisionados expusieron un plan que preveía “un sistema federal que dejando a los respectivos Estados una independencia de Gobierno, pueda formar una autoridad central y combinada como la de los Anfictiones en Grecia”. Huelga decir que Miranda era el autor de este plan. Las instrucciones de los comisionados preveían sólo una confederación. Y la Anfictionía era una institución que escapaba al conocimiento de los jóvenes comisionados, mientras que Miranda la conocía por sus vastos estudios de la Grecia clásica. Miranda había sido veterano de la independencia de los Estados Unidos, había recorrido el país y estudiado su historia, su gobierno, sus instituciones. Pero al desarrollar este plan no tomaba la federación estadounidense por modelo, que también tiene una autoridad central, el poder federal; se inspiraba en la Anfictionía griega clásica. Lamentablemente no tenemos documentos que nos revelen la razón de su preferencia; pero no quede duda que en su visión de la cuestión había una razón suficiente.

Los días de Jamaica son de abatimiento, el pesimismo es la tónica general del momento. Lo que en los días de Londres aparecía como una posibilidad, parece en Jamaica imposible, según dice Bolívar en su carta: “Es una idea grandiosa pretender formar de todo el mundo nuevo una sola nación con un solo vínculo que ligue sus partes entre sí y con el todo. Ya que tiene un origen, una lengua, unas costumbres y una religión debería, por consiguiente, tener un solo gobierno que confederase los diferentes Estados que hayan de formarse; mas no es posible porque climas remotos, situaciones diversas, intereses opuestos, caracteres desemejantes dividen a la América. ¡Qué bello sería que el istmo de Panamá fuese para nosotros lo que el de Corinto para los griegos!”. Esto escribía Bolívar en setiembre de 1815. Un año más tarde en el extremo sur del continente, San Martín preparaba su campaña de Chile, según la estrategia: a Chile cruzando la cordillera, al Perú surcando el mar. En las instrucciones (21 de diciembre de 1816) que lleva, de las cuales él es coautor, se lee: “Aunque el general no haya de entrometerse por los medios de la acción o del terror en el establecimiento del supremo gobierno permanente del país, procurará hacer valer su influjo y persuasión para que envíe Chile sus diputados al Congreso General de las Provincias Unidas [del Río de la Plata], a fin de que se constituya una forma de gobierno general que de toda la América unida en identidad de causa, intereses y objeto, constituya una sola nación”. Esta es la visión de los próceres de una región que no ha conocido el terrible flagelo de la guerra civil y donde el movimiento independentista está en continua ofensiva, mientras que en el norte a los independentistas cada victoria les cuesta mil derrotas.

Por esta época, los focos de la revolución establecen contacto. En una proclama de 1818 a los habitantes del Río de la Plata, Bolívar escribe: “Una sola debe ser la patria de los hispanoamericanos, ya que en todo hemos tenido una perfecta unidad”. Se refería a la perfecta unidad del Estado Indiano, el Estado que en la Época Indiana, generalmente insultada con el epíteto de colonial, se extendía de México a Chile, tenía una dirección política centralizada, una economía girada según el principio de prioridad del equilibrio general por sobre los intereses regionales o particulares, una geopolítica de alcance universal como parte constitutiva del imperio hispánico, y una capacidad de autodefensa que una y otra vez derrotó a los ases de la marina inglesa, la reina de los mares entonces. Tuvo la primacía en el continente durante los tres siglos de su existencia.

En 1822 Bolívar funda la República de Colombia (Venezuela, Colombia, Ecuador, Panamá de hoy). El movimiento independentista se encuentra en incontenible marcha, las ideas de Confederación, Federación, Anfictionía renacen. Pedro Gual, la eminencia de la diplomacia colombiana, es Ministro de Relaciones Exteriores. Bolívar le encarga la creación de la Confederación Hispanoamericana. Gual fue un fiel discípulo de Miranda. A las misiones diplomáticas que envía a norte y sur de Hispanoamérica les encarece la idea de la Anfictionía, pues para las repúblicas hispanoamericanas unidas por mil vínculos familiares, una simple alianza es insuficiente. Veamos entonces lo que significaba una Anfictionía.

Los pequeños pueblos de la familia griega pudieron resistir durante siglos a los más feroces conquistadores, gracias a la liga anfictiónica que formaron. La Asamblea Anfictiónica era la reunión de los representantes de cada pueblo griego. Estaba provista de una autoridad verdaderamente soberana para representar a los asociados frente al exterior, a la vez que podía intervenir en sus asuntos internos, por ejemplo, para sofocar la anarquía o hacer cumplir las obligaciones que contraían. Era pues una asamblea infinitamente poderosa. En suma, la alianza anfictiónica se caracterizaba por dos condiciones: estar exclusivamente limitada a la familia griega y estar sujeta a una asamblea de infinitos poderes.

Las misiones diplomáticas de Gual lograron concertar alianzas perpetuas con México, Centroamérica y el Perú. Se trataba en principio de una Confederación, ya que cada país conservaba su soberanía. Pero por otra parte estaba prevista una poderosa Asamblea de Plenipotenciarios. Más aun, los tratados de confederación que firmaron los Ejecutivos contenía el derecho de intervención en los asuntos internos de los confederados; la razón principal era contener la anarquía que amenazaba desintegrar todo orden político. El carácter anfictiónico de la confederación estaba pues asegurado porque se extendía sólo a los miembros de la familia hispanoamericana y porque estaba sujeta a una poderosa asamblea de tipo anfictiónico, es decir, provista del derecho de intervención.

Pero durante el año de 1823 los Legislativos, al ratificar los tratados, cancelaron el derecho de intervención. Dos años más tarde los Ejecutivos de México, Colombia y Centroamérica en iniciativa conjunta invitaron a los Estados Unidos – país ajeno a la familia hispanoamericana – al Congreso de Panamá que sería el primer encuentro de la Asamblea de Plenipotenciarios. Con estas dos medidas desapareció el carácter anfictiónico del proyecto, y el Congreso de Panamá (1826) fue un fracaso. En su reemplazo, Bolívar concibió la Federación de la Colombia de entonces con Perú y Bolivia. También este intento fracasó. (Los capítulos 11, 12, 13 de la Patria Grande proporcionan un detallado análisis de estos fracasados intentos). En suma, con la muerte de Bolívar (1830) se cierra la etapa reunificadora representada por Miranda, Bolívar y San Martín.

La siguiente etapa podría llamarse de los unionistas. A partir de entonces en cada generación han existido figuras señeras que han reivindicado la unidad de nuestros países. Una expresión representativa de esta tendencia serían estas palabras de Juan Bautista Alberdi en su Memoria sobre la conveniencia y objetos de un Congreso General Americano (1844): “La Europa incoherente, heterogénea en población, en lenguas, en creencias, en leyes y costumbres, ha podido tener intereses generales y congresos que los arreglen; y la América del Sud, pueblo único por la identidad de todos estos elementos, no ha de poderse mirar en su grande y majestuosa personalidad, ni tener representantes generales, a pesar de poseer intereses comunes! La centralización americana no será la obra del congreso, rigorosamente hablando, porque esta obra está ya hecha, y su trabajo es debido a la grandeza del pueblo español que se produjo él mismo, con todos sus atributos en cada uno y todos los puntos de América meridional donde puso su planta”. Aquí la “identidad de todos estos elementos” no tiene por consecuencia la unión política, no hay referencia alguna al Estado Indiano, y tampoco aparece la idea de Reunificación, como se dio durante la época de la independencia; época en la cual por una parte se lucha por la Reunificación, y por otra, se la impide, y se da curso a la desunión que caracterizará a la época republicana autocolonial.

En el año 2000 se funda en Berlín el Instituto Bolívar, cuya misión es luchar por la realización de la divisa de Bolívar: “Una sola debe ser la Patria de todos los hispanoamericanos”. Se reanuda así la tradición reunificadora. En la obra que sirve de fundamentación a este proyecto (La Patria Grande. La Reunificación de Hispanoamérica. Historia de la Cuestión Fundamental) se estatuye:

“La Reunificación de Hispanoamérica, complemento político de su Nación Histórica continental y de su Patria Grande indivisible, es tarea insoslayable impuesta por un doble mandato imperativo. De la historia: recuperar la “perfecta unidad” del pasado para salvar el porvenir. Del Precursor y de los Libertadores: continuar y consumar la empresa reunificadora que iniciaron. Es el único medio de superar la desunión, impotencia, sujeción y miseria del presente; es la única vía hacia la América Nuestra reunificada, soberana, auténtica y solidaria del futuro; es la Tarea Histórica de una Marcha de Generaciones. Es la Cuestión Fundamental de la realidad hispanoamericana”.

“En consecuencia, la idea de la Reunificación,  como Idea Fundamental, debe ser guía de la política hispanoamericana e idea fuerza de la Marcha de Generaciones; y como toda idea que hace historia, es clara y libre de ambigüedad, amplia en su base y en sus metas, profunda porque está anclada en nuestro ser con la fuerza del destino común hispanoamericano, y oportuna porque está ya en la agenda del siglo. Cualidades esenciales que la diferencian de la nebulosa ‘integración latinoamericana’, aleatorio cúmulo de incongruencias y contradicciones que nos desorientan y que obstruyen la vía hacia la Reunificación”.

Hasta el momento en los países hispanoamericanos ni sus mandatarios, ni sus políticos, ni sus intelectuales han redescubierto la idea, la meta de la Reunificación. Ni siquiera existe una política hispanoamericana como tal, con metas específicas y prioritarias, como Pedro Gual encarecía a sus misiones diplomáticas. Nuestros gobiernos, carentes de verdadera visión continental y de conciencia histórico-nacional, están ensimismados en sus problemas domésticos, algunos sometidos voluntariamente a los Estados Unidos, y a lo sumo atinan a refugiarse en la nebulosa “integración latinoamericana”. A pesar de que todos se declaran partidarios de ella, nadie se ha preocupado de aclarar el término, para no decir el concepto. En realidad es un término vacío de contenido, ya que no tiene metas definidas. ¿O alguien puede decir cuáles son, dónde comienzan y dónde acaban? Lo único que se puede constatar sin dudas es que el término se refiere a un conglomerado amorfo de tratados, pactos, mercados, comunidades, uniones, etc. que por los compromisos que crean en un caótico deambular tras metas indefinidas, dificultan la Reunificación.

En suma, título, contenido e intención de la conferencia se fundamentan y resumen así:

A mediados del siglo XIX, en plena República Autocolonial, se inventa el término América latina (o Latinoamérica), en cuyo origen participa activamente el imperialismo estadounidense, no el francés, según erróneamente se cree. Se difunde rápidamente, de modo que pronto ya no se sabe exactamente quién es latinoamericano y quién no. Hoy muchos creen que aparte Canadá y los Estados Unidos el resto es Latinoamérica, tal el caso de la CELAC.

Precisa entonces redescubrir Hispanoamérica, la América que se entiende en Castellano, tiene un solo origen, una sola cultura, un solo destino, una sola patria, una Patria Grande; plantear su Reunificación, la creación de un nuevo gigante en reemplazo del gigante indiano desarticulado por la independencia; reorientarla de acuerdo a la inmensidad de su potencial unido y según sus propios intereses, a fin de que recobre el poder que tuvo en la Época Indiana. Así de claro es el asunto. El problema son nuestros mandatarios, políticos e intelectuales que, al ignorar nuestra historia, son incapaces de orientar el porvenir. A nosotros de tomar el timón y cumplir las tareas que, desde el punto de vista de la Marcha de Generaciones, son responsabilidad de las presentes generaciones:

1ª. El primer paso hacia la realización de una idea consiste en recuperar su historia. Es la tarea que cumple la obra La Patria Grande. La Reunificación de Hispanoamérica. Historia de la Cuestión Fundamental, destinada a iniciar y orientar la etapa de la Reunificación, a crear una corriente y tradición de estudios de toda índole relacionados a la Reunificación.

2ª. Iniciar la Marcha de Generaciones y crear el Día de la Reunificación o Día de la Patria Grande. Será el 26 de julio. En este día del año 1822, Bolívar y San Martín reunificaron a Hispanoamérica en su abrazo de encuentro en Guayaquil.

3ª. Iniciar la formación de los pioneros que en cada generación continuarán la Marcha hasta su consumación. Actualmente se trabaja en la creación del Colegio de la Reunificación Manuel Ugarte en Arequipa (Perú).

Si las generaciones presentes cumplen estas tareas, salvarán su responsabilidad y harán historia. Si defraudan, cometerán un imprescriptible delito de lesa Patria Grande. Hoy las cosas están claras y no hay disculpa posible. Doscientos años de desunión ya bastan.

Arequipa, 31 de diciembre del 2014

Raúl Linares Ocampo, presidente del Instituto Bolívar (Perú)

Para confirmar su asistencia, rogamos a todos los interesados que contacten con nosotros a través de nuestra dirección hispanoamerica@terra.com

11 comentarios en “

  1. pepe gago

    Me deja totalmente descolocado, por no decir desilusionado,que el Primer encuentro de Patria Grande, se realice en Berlín, no es por desmerecer ésta gran ciudad, pero no tiene nada que ver con Hispanoamerica. Lo lógico sería que se realizara en una ciudad de Hispanoamerica, pues se trata de rescatar la historia común de tantos países hermanos (un tanto desavenidos, pero hermanos al fin). Bueno por lo menos no se les ocurrió programarlo en Londres. Pero de aquí a Julio, no sería extraño, que los masones y los sionistas metan la cola.

    Responder
    1. jose rondon

      EXCELENTE CUESTIÓNAMIENTO…debio haber sido en Panamá : ese el el centro geográfico de la region hispánica de América ,como asi lo deseo FRANCISCO DE MIRANDA en su manifiesto : COLOMBELLA

    1. jose rondon

      Me gustan tus interrogantes…son acertados…esa gente europea JAMAS DE LOS JAMASES nos van a ayudar mas para ganarse unos reales (dinero,oro,riquesas) y al final nos consideran chiripas negras ,sucias,brutas y pobres listas para servirles a ellos.

  2. Jonathan

    Qué profunda desilusión. Primero, por el lugar dan a entender que es la reunión de un club de intelectualoides burgueses. Yo soy de las «clases populares», y no podría darme el lujo de ir a Berlín para discutir anécdotas históricas.
    Segundo, por ello mismo, no veo en su programa que se discutan las realidades actuales, por el contrario, parece que se quedaron en el pasado y conservan las ilusiones de los primeros liberales románticos, que fracasaron en todos sus proyectos porque no supieron contener los demonios que habían desatado.
    Es lamentable que no se mencionen las heridas y los conflictos que actualmente nos separan. No leí ningún ponencia sobre el conflcito por la salida al mar entre Bolivia y Chile, ni las tensiones entre Nicaragua y Costa Rica, tampoco sobre la división política entre el ALBA y la Alianza del Pacífico; eso, por no decir que no abordan temas verdaderamente importantes como: narcotráfico, crimen organizado, guerrillas, corrupción, violencia, pobreza,entre un sin fin de dificultades.
    Me parece que la idea de la Unión debe ser un aliciente para tratar esas problemáticas COMUNES. Además, debe plantarse llevar esto a todos los estratos, especialmente a los populares. En estos momentos estamos en una coyuntura en la que hay gobiernos débiles, debemos aprovechar esos núcleos y organizarnos políticamente, solo la organización a nivel continental y el más feroz activismo político podrán hacer realidad el sueño de Bolívar.
    Debemos entender que los precursores de este movimiento, eran visionarios, pero lamentablemente las condiciones objetivas no permitían una Unión. Una razón de ellas es que la independencia jamás se pensó en términos continentales, acaso Bolivar es el único verdadero genio de Sudamérica que va en contra de esta tendencia. Otra es que estaban divididos sobre temas básicos y fundamentales, como la mutua defensa militar, el establecimiento de fronteras definitivas (que un una confederación ¡eso ya no importa!), introducción de mercancías sin aranceles. Y eso solo hablando de la división de las élites.
    Las causas reales estaban en que el antiguo imperio español estaba fundado sobre una gran masa campesina desposeída de su tierra, no había industrias, ni manufacturas, o por lo menos no en gran escala, el comercio era pobre y la Iglesia tenía el control de gran parte de la tierra.
    Además, el extensísimo territorio hispánico, tan grande como Rusia, estaba en medio de un terreno difícil, montañosos, sin infraestructura, sin maquinaria especializada; la empresa se antojaba difícil para una región exhausta por la guerra. Por no hablar ya de los conflictos que surgieron en Centroamérica, cuando se desintegró la Tepublica Federal Centroamericana. Ni el colapso de la Gran Colmbia, o la desmembración que sufrieron México en la guerra de Estados Unidos, o Paraguay en la guerra de la Triple Alianza.
    La Unión requiere organización. Organización en las bases, en los movimientos, estando día tras día predicando la idea de la Unión, en el más intransigente de los activismos. Requiere que vayamos a los pueblos, que escuchemos sus necesidades y con ello, que les digamos que nosotros podemos hacer una verdadera acción transformadora.

    Como dije, nada de lo anteriormente dicho está en su programa, es una lástima, pues se ve que se quedaron en el pasado. No hay visión ni un planteamiento serio.

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    1. Javier Rodriguez

      Estoy completamente de acuerdo cone ste planteamiento. La Unión Hispanoamericana debería servir para solucionar problemas concretos de la gente. Empezando por los que menos tienen.

  3. Mario

    Me da mucho gusto la iniciativa, pero moverse a Berlín desde América con un euro tan caro hace muy difícil asistir. Coincido lo ideal hubiera sido Panamá, aparte de q esta mas al centro su aeropuerto tiene conexión a todos los paises hispanos.

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