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Acerca de Jorge Santi

Jurista de formación, licenciado en Derecho con estudios de postgrado en Relaciones Internacionales, Dirección de Recursos Humanos en la Empresa y Traducción. He visitado España, Francia, Italia, Portugal, Alemania, Grecia, Argelia, Jordania, Israel, Tailandia, Camboya, Estados Unidos y Reino Unido, donde actualmente resido y trabajo como consultor de empresas en materia de competitividad e investigación de mercado. Me gusta la política, la geoestrategia, la historia, el arte, la filosofía, leer, escribir, viajar, dibujar y hacer ejercicio. Hablo español, inglés y francés y poseo conocimientos de italiano, alemán, ruso y chino. Mi interés por Hispanoamérica nació muy temprano y siempre he considerado a todos los países de cultura hispánica como una comunidad clara y distinta del resto del mundo. La creación del sitio web "Hispanoamérica Unida" se basa en el firme convencimiento de que el destino histórico de la América hispana ha de conducirla a su reunificación como un solo Estado, como un único país; única vía de recuperar el estatus de superpotencia y librarse el imperialismo anglosajón. Por motivos de confidencialidad, he elegido el pseudónimo Jorge Santi como nombre de administrador para Hispanoamérica Unida.

La mentalidad hispanoamericana

«El (…) que encarna raigalmente la elaboración y asentamiento de una mentalidad hispanoamericana en lo que él mismo denominó Nueva España, fue Hernán Cortés» (Mario Hernández Sánchez-Barba)

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Detalle del cuadro «El Pairán», atribuido al artista novohispano Cristóbal de Villalpando (1649-1714)

Ensayo del historiador y americanista Mario Hernández Sánchez-Barba. Tomado del Depósito Digital de la Universidad Francisco de Vitoria.

Hoy puede contestarse la pregunta sobre ¿qué es América? incluso de un modo elemental. Pero en 1492 nadie podía dar una contestación cabal, ni siquiera de ubicación en el planeta Tierra. Justamente en ese año se abre una larga etapa de conocimiento de América como “Quarta Orbis Pars” hasta la plasmación cartográfica de este conocimiento, del cual se deduce que se trata de un continente meridiano, de polo a polo. En él aparecen una serie de importantes culturas, coetáneas con otras de nivel caza, pesca y recolección y un nivel medio de culturas agrarias. La enormidad geográfica del continente americano no llegó a considerarse en sus exactas dimensiones hasta que tuvo lugar la primera vuelta al mundo, que culminan dieciocho supervivientes de la brillante armada magallánica, bajo el mando del único oficial, el piloto Juan Sebastián Elcano. Después del descubrimiento de esta condición continental de América, absolutamente independiente y distinta de Asia, en abierta contradicción de lo que pensaba Cristóbal Colón, se inicia el gran proceso fundacional de España, que fue la labor llevada a cabo por los españoles, bajo la orientación, enfoque y dirección de la Corona. Durante el siglo XVI se está forjando un destino histórico común, mediante una conjunción de una línea de acción, sustentada por un pensamiento humanista, que se plantea en profundidad el “ser” de América.

En 1492, la sociedad occidental cristiana conocía un tercio de las tierras emergidas, mientras que la más importante de las altas culturas americanas sólo conocía el 1 por ciento. La tradición expansiva de la sociedad cristiana occidental se remonta, en la Historia de la Cultura, al mundo clásico y fue absolutamente notable la tradición viajera, científica y técnica que esta sociedad cristiana occidental atesoró, creando un importante peso histórico de dieciocho siglos. Ello constituye una poderosa carga de experiencia –que constituye el fundamento de la historia- y la constitución de un tesoro de conocimientos que fue, en rigor, lo que hizo posible la empresa descubridora. Fue, pues, el afán de investigación y de conocimiento de las generaciones de la época, entre 1480 y 1530, junto con el espíritu de empresa de condición política, religiosa y comercial, los que deben considerarse promotores del conocimiento del orbis terrarum en su exacta realidad. Sigue leyendo

El llamado de la Patria Grande

“Sólo sacrificándonos por la dignidad distante y ajena podremos encontrar el camino que lleva a la propia dignidad” (Víctor Massuh)

El siguiente texto es una reseña de Rodrigo Toranzo sobre el libro «El llamado de la Patria Grande», del filósofo Víctor Massuh, publicado en 1983. Tomado del sitio web del Banco Interamericano de Desarrollo (Catálogo del Centro de Documentación INTAL).

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Portada del libro «El llamado de la Patria Grande» en la edición de Editorial Sudamericana (Buenos Aires, 1983).

NOTA: Las opiniones y expresiones vertidas en este artículo corresponden exclusivamente a su autor y no deben interpretarse necesariamente como un posicionamiento de nuestro sitio web Hispanoamérica Unida.

Las páginas de este libro son fiel reflejo de su título: constituyen un llamado a los hispanoamericanos para encontrar su verdadera identidad cultural en una actitud abierta.

La primera parte del libro está dedicada a la actuación del autor como representante argentino en la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura). Esto, que pareciera en principio ajeno al llamado de la Patria Grande, representa una etapa necesaria para pasar del diálogo universal de las culturas a los rasgos característicos de la personalidad iberoamericana.

La permanencia del autor durante seis años en la UNESCO es descripta con vívidos trazos, que nos muestran la realidad de esta Institución, más allá de la noticia sensacionalista, a veces negativa, que produce una imagen distorsionada de instituciones muy importantes para la humanidad de hoy.

Dice el autor al referirse a los principios esenciales de la UNESCO, la universalidad y la pluralidad: “son dos principios hoy amenazados, en un mundo dividido por las ideologías, los prejuicios, el espíritu sectario y el irracionalismo nihilista que cree en el poder redentor de la violencia”.

En este clima de verdadero encuentro fecundo de las culturas, donde se confrontan la pluralidad y la  universalidad, surgen las reflexiones acerca de quién buscará –junto con otros latinoamericanos- una identidad espiritual, un sentimiento común, que los llevará a la Patria Grande Sigue leyendo

Juan Rafael Mora, un «sol de la unión hispanoamericana»

«Pueblos que han tenido un mismo origen, que profesan una misma religión, que tienen un mismo idioma y costumbres, que están unidos por los mismos intereses sociales, natural es que se asocien (…) Un día grande y despejado vendrá cuando el sol de la unión hispanoamericana derrame sus rayos en todo el continente que nos legaron nuestros antepasados” (Juan Rafael Mora)

El siguiente texto es un fragmento de un artículo del académico y escritor Armando Vargas Araya publicado el 9 de febrero de 2014 en el sitio web costarricense La Nación.

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Juan Rafael Mora (1814-1860), en un retrato de mediados del siglo XIX. Mora venció a los filibusteros estado-unidenses que intentaron invadir América Central en 1856-57.

El hombre de Estado que recibió en 1857 un decreto del Congreso Nacional de El Salvador por el cual se lo nombraba Benemérito de la Patria cuzcatleca, lo aceptó “[como] un nuevo estímulo para mi consagración a la santa causa que hoy defiende en este continente la raza latina ”.

Esa vasta misión histórica incluía la consolidación de la independencia, la defensa de la soberanía, el fomento de la concordia, los inicios de la integración y la realización de la solidaridad.

Un número de viajes de negocios efectuados en barcos de vela una década antes a Chile, Ecuador, Panamá y Perú habían puesto en contacto al joven empresario autodidacta con las ideas de Justo Arosemena, Andrés Bello, Bernardo de Monteagudo y Domingo Faustino Sarmiento, profetas de la comunión por la cultura, la lengua y la identidad.

La fuerza de la unión. En su proclama ¡A las armas!, el presidente Mora enunció los objetivos de la Guerra Patria contra la agresión militar del expansionismo esclavista: “Vuestras madres, esposas e hijas os animan. Sus patrióticas virtudes nos harán invencibles”, dijo a sus compatriotas.

“Al pelear por la salvación de nuestros hermanos, combatiremos también por ellas, por su honor, por su existencia, por nuestra patria idolatrada y la independencia hispanoamericanaSigue leyendo

La hispanidad desde el sur

«La hispanofobia de la que hablan algunos historiadores, no es tal. En la mayoría de los casos no son sentimientos indígenas genuinos. Han sido estimulados desde algunos sectores que fomentan la división tal cual lo han hecho en el pasado con la leyenda negra (…)  la lengua española nos une por sobre todas las cosas (…) es el factor de unión que más debemos cuidar»

Artículo de opinión del historiador e investigador Mariano García Barace publicado en la sección Política del periódico digital Intereconomía el 12 de octubre de 2013.

La América hispana: aquí se concentra más del 80% de los hablantes de español de todo el mundo.

La América hispana: aquí se concentra más del 80% de los hablantes de español que hay en el mundo.

NOTA: Las opiniones y expresiones vertidas en este artículo corresponden exclusivamente a su autor y no deben interpretarse necesariamente siempre como un posicionamiento de nuestro sitio web Hispanoamérica Unida.

El Dr. Mariano Moreno fue el gran enemigo del despotismo y la opresión, pero jamás de España. Su madura rebeldía era sólo hacia el sistema político. Moreno marcó la diferencia entre los españoles europeos y los nacidos en suelo americano, sin dejar de sentirse español. De esa diferencia establecida por la generación emancipadora, nace la denominación hispanoamericano. Si hay algo que enaltece a los hermanos Moreno es el haber sido de los primeros que se solidarizaron con el sufrimiento indígena en las zonas de explotación metalífera, producto de la avaricia cruel de algunos españoles. Mariano Moreno habló sobre este tema al regresar de la Universidad de San Francisco Javier (Chuquisaca). Leamos: « El doctor Moreno conservó toda su vida una viva impresión de la lamentable escena que había presenciado, y tanto el conocimiento de lo que pasa en estos lugares, como la general noticia que adquirió durante su permanencia en el Perú, le hacían frecuentemente unirse con los piadosos sentimientos de un virtuoso prelado de la Paz, que tocado del espectáculo de estas desgracias e injusticias, solía decir en sus conversaciones, que pasaría gustoso el resto de su vida en los obscuros calabozos de los moros, por no tener el triste desconsuelo de ver servir los indios sin salario, y siempre sujetos sin recurso al capricho de los opresores de su libertad y usurpadores de sus bienes». (Vida y Memorias de Mariano Moreno. Manuel Moreno, 1812)

La opresión e injusticias existieron en el Potosí, pero no en el Río de la Plata. Cada región tuvo desarrollos diferentes. El mismo Manuel Moreno escribió en esa época que la invasión inglesa de 1806 había despertado a los habitantes de la apatía y que antes de esa época la población vivía tranquilamente al otro lado del océano, sujeta a un régimen inalterable Sigue leyendo

Perón habla sobre el imperialismo anglosajón

Fragmento de una entrevista concedida por el general Juan Domingo Perón al escritor y periodista Tomás Eloy Martínez en septiembre de 1971.

«En el movimiento de mayo ya están planteadas (…) dos líneas (…): la línea que obedece al imperialismo británico y la otra línea, la línea nacional, o «la línea hispánica», llamémosle (…) En nuestro país, todos los gobiernos que se escalonaron desde Rivadavia en adelante fueron todos gobiernos de la masonería (…) los federales eran la línea nacional (…) y esta es la que corresponde a la línea hispánica, porque siempre hubo una resistencia contra Inglaterra (…) En esa línea estaban Juan Manuel de Rosas, (…) Hipólito Yrigoyen (…) La otra línea es la línea masónica (…) anglosajona».

Balcanizar México

«los aridoamericanistas (…) aunque no son más que un puñado de traidores ideológicos a México (…) señalan ya un peligro abierto (…) que puede extenderse (y de hecho se extiende, como muestra el problema santacruceño en Bolivia o mapuche en Chile) por toda la Hispanidad como un virus. Y aquí no caben medias tintas: o se está con México y su unidad, o se está contra México y contra la Hispanidad»

Artículo titulado «Balcanizar México», del politólogo español Santiago Armesilla, publicado el 13 de marzo de 2013 en el sitio web personal armesilla.org

El proyecto "Aridoamérica" pretende balcanizar México, y es equiparable a otros proyectos hispanoamericanos que pretenden fragmentar a la ya de por sí dividida Hispanoamérica [pulse en la imagen para ampliar]

El proyecto «Aridoamérica» pretende balcanizar México y es equiparable a otros proyectos que en distintos Estados hispanos pretenden fragmentar a la ya de por sí dividida Hispanoamérica [pulse en la imagen para ampliar]

Lo que se muestra en este mapa es la última ocurrencia de los hispanófobos que, a nivel de dialéctica de clases en México, pululan por la gran nación hispanoamericana, la que está a la frontera con el (todavía) Imperio realmente existente. El Proyecto Aridoamérica no es más que la versión mexicana del neofeudalismo catalanista. Neofeudalismo, ideología que bajo el pretexto del «derecho a decidir» (la autodeterminación) defiende realmente privilegios de secesión negando la soberanía nacional en una recuperación de los privilegios telúricos propios del Antiguo Régimen. Sigue leyendo

La identidad hispana en Jaime Eyzaguirre

«para Eyzaguirre cada pueblo tiene una alma colectiva propia, que en su esencia está lo verdadero y trascendente, que debe ser defendido y valorado, para no perder el rumbo en nuestro “destino histórico”

El siguiente texto  es un fragmento del trabajo titulado «Discurso identitario hispanista y de la cultura popular: el caso chileno», de Roberto Rojas Cisterna, estudiante de Pedagogía en Historia y Geografía de la Universidad de San Sebastián (Chile), publicado en el sitio web de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL).

Portada de "Hispanoamérica del dolor", de Jaime Eyzaguirre

Portada de «Hispanoamérica del dolor» (1969), de Jaime Eyzaguirre, (edición de Editorial Universitaria, Santiago de Chile). 

Elementos centrales del discurso hispanista

El discurso identitario desarrollado por Jaime Eyzaguirre, el cual es de una corriente denominada hispanismo, que consiste en que Chile no puede definir su identidad sin mirar su relación con España, la “Patria Grande”, que trae los valores constitutivos de nuestra idiosincrasia, a saber, la lengua española, la religión cristiana-católica que conlleva a una conciencia de la dignidad de la persona y a una moral de respeto por la vida, las instituciones y un orden político jurídico de raíz occidental, que son elementos esenciales de nuestra cultura y que se mantienen en el tiempo.

El objetivo principal del discurso hispanista es la revalorización de la herencia hispana, como elemento constitutivo de la identidad chilena, pero además es su lucha

Contra un indigenismo romántico y marxista, contra un panamericanismo imperialista y sin alma, cabe pues oponer la confiada afirmación del patrimonio hispano-americano… lo que cabe es abandonar los caminos mercenarios y actualizar, no de manera idéntica sino que análoga, los valores eternos que alimentaron en América el único esbozo de verdadera y genuina cultura continental (Eyzaguirre, 1939, p.18, citado en Larraín, 2001, p.62). Sigue leyendo

Posibilidad de un Estado comunitario hispanoamericano

«Tanto el lenguaje español como el tipo de derecho constituyen elementos que facilitarían una integración comunitaria en lo que se denomina Hispanoamérica, es decir, la región americana cuya lengua es el español»

El siguiente texto constituye la introducción al libro «Posibilidades de un Estado comunitario hispanoamericano», obra del jurista José Isidro Saucedo González editada por el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM (México, 22 de abril de 1999). Pueden consultar el texto completo pulsando en este enlace: http://biblio.juridicas.unam.mx/libros/libro.htm?l=106

Tanto el idioma español como el común origen jurídico-político podrían

Tanto el idioma español como el común origen histórico y jurídico facilitarían la reintegración de Hispanoamérica en un solo Estado soberano.

¿Es posible hablar hoy día de un Estado comunitario en América? ¿La integración comercial que produce una regionalización económica obliga por ello a construir un derecho de la integración? (1) ¿Las relaciones entre Estados partes de los tratados y acuerdos comerciales rebasan el derecho internacional y se sitúan en una suerte de derecho supranacional?

Los cuestionamientos anteriores fueron algunas inquietudes que nos motivaron a indagar sobre las respuestas que a bocajarro muchos colegas y amigos dieron cuando les formulé esas y otras cuestiones relacionadas. Con algunas de ellas coincidimos —sobre todo con las negativas— en otras hicimos las consultas en textos para saber las opiniones de diversos autores al respecto, mismas que hemos referido en los cinco capítulos del presente trabajo.

Además, el debate sobre una posible constitucionalización de Europa, nos ha hecho ver a los residentes de América la necesidad de plantearnos la posibilidad de seguir el modelo europeo de integración. Aun cuando las razones son diversas, la comunitarización europea fue una experiencia que se ha venido consolidando hasta proyectar en el nuevo siglo una Europa integrada políticamente, situación que hasta hace unas décadas era impensable. Sigue leyendo

Las universidades indianas

«Las universidades de Salamanca (…) y la de Alcalá de Henares, fueron los dos modelos universitarios sobre los que se inspiraron las fundaciones en el Nuevo Mundo (…) la organización universitaria hispanoamericana “copió” a la española, la cual estaba basada en las Siete Partidas de Alfonso el Sabio (…) Fue tanto el empeño que puso España para el desarrollo de la cultura en las Indias (…) que hasta se llegó a la paradoja de que en América funcionaran casi más centros de enseñanza superior que en España (…) Lo que París significó en Europa y Salamanca en España, eso mismo representaron Lima y México en la América hispana» 

Óleo referente a la fundación de la Universidad de San Marcos, oficialmente la primera universidad del Perú y de América, y a su gestor fray Tomás de San Martín. Óleo referente a la fundación de la Universidad de San Marcos, en 1551, siendo la primera universidad "oficial" (por pase regio) de América y por su continuidad la más antigua América.

Óleo referente a la fundación de la Universidad de San Marcos (Lima, 1551). Las primeras universidades fueron creadas por la Monarquía española durante la época virreinal. Ni Inglaterra, ni Portugal ni las demás potencias coloniales fundaron universidades en América.

Artículo titulado originalmente «Universidades indianas del período colonial»(1), de Cecilia Díaz, profesora de la Pontificia Universidad Católica Argentina (Facultad de Ciencias Sociales y Económicas. Departamento de Economía). Publicado en «Documentos de Trabajo».

Varios historiadores señalan, como hecho bien curioso, que las primeras universidades indianas fueron fundadas a pocos años del descubrimiento, cuando aún “se olía a pólvora y todavía se trataba de limpiar las armas y herrar los caballos”. “Las enseñanzas de todo género se inician en las Indias desde los primeros momentos, lo cual es asombroso fenómeno, indicador, por una parte, de la intuición de los religiosos y virreyes, y por otra, del nivel cultural de las exigencias que los presupuestos culturales españoles imponían a la colonia. La Iglesia tuvo en ello un papel preponderante ya que, a partir de la bula de Julio II del 28 de Julio de 1508 – Universalis Ecclesiae Regiminis – (la que organizaba la Iglesia en Indias), quedó preformado todo lo relativo a la futura enseñanza en la colonia, la que llevada a cabo casi en su totalidad por religiosos, o con notable intervención de éstos, atacó todos los puntos sensibles del organismo electivo procurando que no hubiera materia de la cultura, intelectual o técnica que no se hallase contenida, explicada o enseñada en alguno de los centros docentes. Así hubo escuelas primarias (para indios, mestizos y españoles), seminarios para la formación del clero, escuelas de artes y oficios, y universidades. Vario y multicolor fue el cuadro que presentaba la enseñanza en las Indias. Casi todos los conventos de las órdenes religiosas llevaban consigo, en la esencia de su fundación, la idea de una Escuela. Esta base educacional que suponían los colegios populares y los de las escuelas acomodadas, dieron contingente para que se produjera muy pronto en el Nuevo Mundo una necesidad de estudios superiores” Sigue leyendo

Estado, nación e identidad en América

«Los estados-nacionales de Hispanoamérica nacimos no sólo de un estado nacional común, el imperio español, sino de una nacionalidad o nación-cultura común, la hispana. De allí la utopía centenaria de la unidad hispanoamericana y la posibilidad de una confederación que nos una bajo un mismo estado-nación, como soñó Bolívar. Hispanoamérica es una nación fragmentada»

El siguiente texto es un fragmento del artículo originalmente titulado «Estado, Nación e identidad en América Latina», del profesor, sociólogo y político panameño Olmedo Beluche (Seminario: Estado, nación e identidad. Del 24 al 28 de febrero de 2014. Departamento de Historia. Universidad de Panamá).

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Los Estados en que está dividida actualmente Hispanoamérica, la cual puede considerarse, por historia, idioma y cultura, una sola Nación.

Para comprender el esquivo concepto de “nación”, y su derivado “el estado nacional”, es bueno guiarse por el consejo de Leopoldo Mármora quien, citando a los clásicos alemanes Fichte y Humbolt, distingue entre “nación-estado” y “nación-cultura”[1]. Entendiendo por “nación-estado” la tradicional definición de: un territorio, con una población y un gobierno soberano; y por “nación-cultura”, una población que se autoidentifica por sus costumbres, tradiciones e historia, identidades que se expresan mediante una lengua propia, que puede o no tener gobierno propio, y puede o no tener un territorio propio.

La “nación-estado” representa la estructura social y económica edificada por la clase capitalista moderna cuyo andamiaje es un mercado interno, espacio para su acumulación de capital y explotación de la fuerza de trabajo. La “nación-cultura” constituye una superestructura ideológica, que a veces se corresponde con la estructura socio-económica descrita (nación-estado) pero muchas veces no se corresponde (por razones históricas) a la estructura de la que hace parte. La “nación-cultura” consiste en lo que cierta antropología llama “etnos” o “etnia”, y que la antropología postmoderna denomina “identidad nacional” en el sentido de “comunidad imaginada” Sigue leyendo