Noticia publicada el 1 de noviembre de 2010 en el diario digital paraguayo ABC
El triunfo de Dilma Rousseff la candidata presidencial apadrinada por Lula da Silva en las elecciones que se registraron este fin de semana en Brasil no supone ninguna esperanza de que el próximo gobierno de ese país abdicará de sus afanes hegemónicos en la región y dejará de someter a sus vecinos, en particular al Paraguay, a una odiosa subordinación. Muy por el contrario, existen sobrados elementos para suponer que esta dará continuidad a la misma política imperialista de su jefe y mentor. La experiencia permite suponer que el acoso permanente a nuestro país continuará igual o peor durante el gobierno de Dilma. No existe ninguna real intención de desmontar el perverso esquema expansionista e imperialista que ese país viene aplicando de manera sistemática con el Paraguay desde las lejanas épocas de la colonia. La vacía retórica de la «integración» no ha sido más que una estrategia del Brasil destinada a asegurarse que sus maniobras hegemónicas le permitan en la actualidad seguir teniendo el exclusivo manejo de las llaves que abren o cierran toda oportunidad de progreso o desarrollo individual en nuestro país.El triunfo de Dilma Rousseff la candidata presidencial apadrinada por Luiz Inácio Lula da Silva en las elecciones que se registraron este fin de semana en la República Federativa del Brasil no supone ninguna esperanza de que el próximo gobierno de ese país abdicará de sus afanes hegemónicos en la región y dejará de someter a sus vecinos, en particular al Paraguay, a una odiosa subordinación. Muy por el contrario, existen sobrados elementos para suponer que esta dará continuidad a la misma política imperialista de su jefe y mentor. Sigue leyendo
