«La independencia de la América española llevó a la ruptura y desmembración del poderoso y extenso imperio que la Corona de Castilla estableció en las Indias. Este vacío de poder permitió la expansión de aquellos que permanecieron unidos: Los herederos de las colonias de Gran Bretaña y Portugal, Estados Unidos y el Brasil»

Hispanoamérica (las Indias) hacia 1800. De haber permanecido unida tras su independencia, hoy sería la mayor Nación del mundo.

Hispanoamérica tras su independencia: una historia de divisionismo y pérdidas territoriales a favor de Estados Unidos y de Brasil.
Fragmento del artículo titulado «La formación del Estado nacional en Chile», publicado por Alberto Sepúlveda Almarza en el sitio web Legión de los Andes. Historia de Chile y de sus héroes.
La independencia de la América española llevó a la ruptura y desmembración del poderoso y extenso imperio que la Corona de Castilla estableció en las Indias. Este vacío de poder permitió la expansión de aquellos que permanecieron unidos: Los herederos de las colonias de Gran Bretaña y Portugal, Estados Unidos y el Brasil.
La balcanización de Hispanoamérica la sumió en un estado de debilidad y ello permitió la irrupción de las potencias europeas en los asuntos internos de los nuevos estados. En algunos casos se llegó a la ocupación, lisa y llana, de parte de sus territorios. Es así que Gran Bretaña, durante el siglo pasado ocupó gran parte de Centroamérica creando un ficticio «Reino de los Mosquitos» que le permitió acercarse al istmo de Panamá, posible ruta interoceánica de gran importancia estratégica. Y los ingleses se expandieron en la Guayana y conquistaron las Malvinas, en el Atlántico Sur. Por otra parte, conjuntamente con los franceses, amargaron al gobierno de Rosas que trataba de controlar la desembocadura del Río de la Plata.
Es demasiado conocido el proceso de expansión de Estados Unidos que partiendo de una reducida franja de territorio en el Atlántico llegó, en menos de cien años, al Pacifico y de ahí hasta las Filipinas. Y gran parte de las conquistas se hicieron a costa de los herederos de España. Brasil siguió una ruta similar avanzando, desde el Atlántico, al interior sudamericano. Una excelente diplomacia, la estabilidad de su sistema político y la clara percepción de sus intereses nacionales le permitieron crecer, generalmente sin guerra, salvo el caso del enfrentamiento contra el Paraguay, conocido en Hispanoamérica como «Guerra de la Triple Alianza» debido a que Argentina, Uruguay y Brasil unieron sus fuerzas para derrotar a las tropas paraguayas del mariscal Solano López. En Brasil se le denomina, más simplemente, la «Guerra del Paraguay». Fuera de este caso cruento, los brasileños fueron expandiendo sus fronteras usando, preferentemente, la vía diplomática. Pero aprovechando con gran eficiencia, toda coyuntura que le permitía una relación de poder favorable y, por ende, una mejor condición negociadora, frente a un inestable y turbulento vecino. La coherencia y la claridad de las metas fueron las mejores armas brasileñas.
La independencia de España inauguró, en la mayoría de los nuevos estados, un largo periodo de guerras civiles, de luchas de caudillos o de facciones que impidieron el establecimiento de gobiernos eficientes y duraderos, por más de medio siglo. En algunos casos todavía no se llega a un sistema político estable. La anarquía fue otro elemento que favoreció la intervención extranjera; en algunos casos mediante el desembarco de tropas foráneas, destinadas a «poner orden», que constituyeron, apenas, otro tipo de dependencial cuasi-colonial. Y para comprobarlo basta observar la Historia de Centroamérica y el Caribe.