«el gran Paraguay de los López quedó hundido, con todo su pueblo, en los esteros guaraníes. Desde entonces el Foreign Office quedaría como dueño absoluto de la región y dejaría desarticulada, por lo menos durante un largo período que todavía sufrimos, la posibilidad de integrar en una sola nación a la Patria Grande»

Combate de caballería, xilografía de Ignacio Aquino publicada en el periódico «Cabicuí». Los intereses del Imperio Británico, apoyados por su aliado el Imperio del Brasil, provocaron la Guerra de la Triple Alianza, que destruyó casi por completo al Paraguay e impidió que Hispanoamérica pudiera constituirse como una sola Nación.
El siguiente texto es un fragmento del artítulo titulado «Homenaje desde la Patria Grande a Francisco Solano López»: Mariscal Del Paraguay Francisco Solano López, ¡ Presente!», escrito por el abogado historiador y diplomático José María Rosa
«¡Muero con mi Patria!» Con esa última frase en sus labios, el 1º de marzo de 1870, en Cerro-Corá, el Mariscal Francisco Solano López, herido, agotado y desangrado, medio ahogado, moribundo y anegada en sangre el agua inmunda del arroyo que, caído sentado, lo circundaba, recibió un tiro de Manlicher que le atravesó el corazón.
Ahí quedó, muerto de espaldas, con los ojos abiertos y la mano crispada en la empuñadura de su espadín de oro -en cuya hoja se leía «Independencia o Muerte»-. «O, diavo do López!» [«Oh, diablo de López!»], comentó el macaco recluta del Imperio brasileño mientras pateaba el cadáver.
Las últimas palabras del Mariscal eran algo más que una metáfora: ya casi nada quedaba del Paraguay, toda su población masculina entre los 15 y 60 años había muerto bajo la metralla.
Muchísimas mujeres y niños también, cuando no por las balas, por las terribles epidemias de cólera y fiebre amarilla, o simplemente sucumbieron de hambre.
Tampoco quedaron ni altos hornos, ni industrias, ni fundiciones, ni inmensos campos plantados con yerba o tabaco, ni ciudad que no fuera saqueada Sigue leyendo